Los pueblos latinoamericanos y caribeños viven un nuevo momento un necesario y amplio proceso de integración. Sin tener análisis comparados con lo que sucedía hace apenas una década se constata que la comunicación e integración a tenido avances. Ha replegado el modelo de integración denominado “regionalismo abierto” que se correspondía a una fase, en donde la “integración” no era integración sino subordinación a la globalización de las transnacionales. los pueblos de la región expresan su necesidad en los avances alcanzados en el marco de la UNASUR, donde comienzan a ser abordados, de forma autónoma y sin injerencia de actores dominantes, temas como la seguridad, las drogas, la salud y la educación y la puesta en marcha de Alianza Bolivariana Para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio entre los Pueblos (ALBA-TCP), un ejemplo de cooperación social enmarcado en la filosofía de las Relaciones Publicas Internacionales, cuya objetivo es la solidaridad y complementariedad, que constituyen otras manifestaciones del nuevo sistema internacional.

La comunicación e información gracias a las excelentes estrategias de las Relaciones Públicas en todos los contextos a dado algunos pasos adelante especialmente en función de dotarse de legislaciones, medios e infraestructura que se requieren para democratizar la comunicación y contrarrestar el poder de las redes mediáticas y tecnológicas de los países desarrollados y de las elites locales que ejerce una gran influencia en América Latina y el Caribe. Esto, sin embargo, es insuficiente pues si bien la legislación y los medios son necesarios, es fundamental que los relacionistas empiecen a debatir acerca del rol de la comunicación en los procesos de integración con miras a establecer políticos públicos y estrategias comunicacionales de integración que permitan a América Latina y el Caribe tener voz en el entorno mundial. 

Sin embargo se generan unas interrogantes que deben demandar para los relacionistas la creación de escenarios justos, prospectivos para su discusión y reflexión.

• ¿Cuál es la condición de vida de las mayorías según el contenido comunicacional?

• ¿Los poderes, saberes y haberes predominantes en el continente están ordenados a producir vida y a crear sociedades dignas y más justas en pro de las necesidades colectivas?

• ¿Funcionan como medios a favor del hombre o más bien lo instrumentalizan?

•Vivimos en una cultura comunicacional cerrada en que hay poco lugar para la solidaridad y la trascendencia?

Por esta razón la Comunicación e Integración genera claros objetivos que deben ser puestos en marcha en los procesos de integración de la región

•Preocupación por el contenido

•Hacer frente a la erosión de las culturas nacionales y a la penetración flagrante o disfrazada de los efectos culturales” que venían de los emporios de la comunicación.

•Los 70´s: el sujeto social era uno, por lo que democratizar la comunicación consistía en ponerla a su servicio

•Los 80´s: la heterogeneidad de lo social va a empezar a permear las propuestas de comunicación desestatizándolas y diversificándolas.